El alcohol es utilizado desde hace centenares de años para multitud de cosas. Se utilizaba antiguamente, antes de que existieran la anestesia, como método para "insensibilizar" al paciente y poder hacerle algún tipo de operación, se ha utilizado toda la vida para "olvidar penas" (aunque esta afirmación es totalmente falsa, ya que aumenta el agobio porque se da aún más vueltas a las cosas) e incluso para curar heridas.
A día de hoy, existen diversos tipos de alcoholes, cada uno con una función determinada, unos son para usos médicos y otros son para ingerir vía oral, como son las bebidas alcohólicas.
Hoy vamos a hablar sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol, ya que, como algunos médicos sugieren, beber alcohol en cantidades pequeñas, como un vaso de vino a la hora de comer o una cerveza, no es negativo, al contrario, es beneficioso para la salud, pero como todo en este mundo, si se excede la cantidad de alcohol que consumimos, puede tener grandes repercusiones para nuestro organismo, e incluso para nuestra mente y nuestro exterior.
Beber demasiado alcohol causa una larga lista de serios problemas de salud, incluyendo infartos, diversos cánceres y ataques al corazón, así como la propia enfermedad, el alcoholismo, que suelen padecerla aquellas personas que beben en grandes cantidades y casi diariamente.
El consumo exagerado de alcohol puede hacer que aparezca enfermedades como:
- Cirrosis hepática: funcionamiento deficiente del hígado que afecta al tejido hepático como consecuencia final de diferentes enfermedades crónicas.
- Pancreatitis: inflamación del páncreas.
- Cáncer de labio, de boca, de laringe, de esófago y de hígado.
Incluso, si se bebe mucho alcohol, a la larga puede aparecer determinadas consecuencias como la pérdida del apetito, deficiencia vitamínica, mala gestión de alimentos, problemas de piel, impotencia sexual, obesidad, problemas del sistema nervioso central, pérdida de la memoria o desórdenes psicológicos, entre otras...
A todo esto, no hay que olvidar, que muchas personas alcohólicas, sienten la necesidad de seguir tomando alcohol, aunque ya estén borrachos. Algunas incluso, piensan que el alcohol es parte de su vida, abusando de él. Esto mismo, y consumiendo alcohol durante mucho tiempo incrementa el riesgo de tener un accidente de coche, distracciones en el trabajo, tendencia al homicidio o al suicidio e incluso, en caso de las mujeres, riesgo a dañar al feto durante el embarazo.