Una persona con una intolerancia alimentaria tiene dificultades para digerir ciertos alimentos. Es importante señalar que una intolerancia alimentaria es diferente de una alergia alimentaria. Las intolerancias alimentarias son comunes. Según algunas estimaciones, pueden afectar al 15-20% de la población. Mientras que una alergia alimentaria es el resultado de una reacción del sistema inmunitario a un alimento específico, las intolerancias alimentarias suelen afectar al sistema digestivo, no al inmunitario.
Síntomas de una intolerancia alimentaria
Una persona con una intolerancia alimentaria suele experimentar molestias poco después de comer ciertos alimentos. Los síntomas son variados y suelen afectar al sistema digestivo.
Los síntomas más comunes de la intolerancia alimentaria son:
- hinchazón
- exceso de gases
- dolor de estómago
- diarrea
- migraña
- dolores de cabeza
- secreción nasal
- malestar
En las personas con una intolerancia alimentaria, la cantidad de alimento que la persona come determina la gravedad de sus síntomas.
Los síntomas de las intolerancias alimentarias pueden tardar en aparecer. El inicio puede producirse varias horas después de ingerir un alimento, y los síntomas pueden persistir durante varias horas o días. Puede ser difícil determinar si alguien tiene una intolerancia alimentaria o una alergia porque los signos y síntomas de estas afecciones se solapan.
Causas y tipos de intolerancia alimentaria
Las intolerancias alimentarias surgen cuando el organismo es incapaz de digerir un determinado alimento. Esta alteración puede deberse a una falta de enzimas digestivas o a una sensibilidad a determinadas sustancias químicas. Entre los alimentos que suelen asociarse a las intolerancias alimentarias se encuentran:
- la leche
- el gluten
- colorantes y conservantes alimentarios
- sulfitos
- otros compuestos, como la cafeína y la fructosa
Intolerancia a la lactosa
La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche. Las personas con intolerancia a la lactosa no tienen suficiente lactasa, una enzima que descompone la lactosa en moléculas más pequeñas.
El cuerpo utiliza enzimas digestivas para descomponer los alimentos. Si una persona carece de ciertas enzimas, puede ser menos capaz de digerir ciertos alimentos.
Si la lactosa permanece en el tracto digestivo, puede provocar espasmos, dolor de estómago, hinchazón, diarrea y gases.
Intolerancia a la fructosa
La fructosa es un azúcar presente en la fruta, algunas verduras y la miel. La intolerancia a la fructosa también puede deberse a la falta de una enzima, aunque es poco frecuente. En estos casos, se conoce como intolerancia hereditaria a la fructosa.
La malabsorción de la fructosa, en la que el cuerpo carece de una proteína que le permite absorber el azúcar del intestino, es mucho más común. En estas personas, la fructosa de los alimentos fermenta en el intestino, lo que provoca gases, sensación de saciedad, hinchazón, calambres y diarrea.
Intolerancia al gluten
El gluten es una proteína que se encuentra en algunos cereales, como el trigo, la cebada y el centeno. Una persona con intolerancia al gluten experimenta molestias, como dolor, hinchazón o náuseas, después de comer alimentos que contienen gluten.
La intolerancia al gluten también se asocia a síntomas no digestivos, como:
- niebla cerebral
- dolores de cabeza
- dolor en las articulaciones
- fatiga
- depresión
- ansiedad
- falta de bienestar general
La intolerancia al gluten es diferente a la enfermedad celíaca, que es una respuesta del sistema autoinmune al gluten, y a la alergia al trigo, que es una respuesta alérgica al trigo. Sin embargo, los síntomas de estas afecciones pueden ser similares. La intolerancia al gluten también se conoce como sensibilidad al gluten no celíaca.
Los síntomas de la enfermedad celíaca y la intolerancia al gluten suelen mejorar cuando una persona elimina el gluten de la dieta, pero vuelven a aparecer cuando lo reintroduce.