La detección y el diagnóstico de ciertas enfermedades graves (como la tuberculosis, por ejemplo) puede ser más complicado de lo que a simple vista pueda parecer. No obstante, los científicos no cesan en sus investigaciones para poder agilizar dichas pruebas.
Y es que un grupo de científicos de la Universidad George Mason, del estado de Virginia (Estados Unidos) ha conseguido desarrollar una prueba de tuberculosis no invasiva para un grupo de personas para quienes este tipo de pruebas fueron difíciles anteriormente: las personas que no tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La novedosa prueba de estos investigadores es capaz de detectar infecciones activas de tuberculosis solamente a partir de una muestra de orina. Su descubrimiento fue casi de casualidad: intentando capturar pequeñas cantidades de un azúcar llamado LAM (que comprende la capa externa de la bacteria de la tuberculosis) en la orina, una investigadora de este centro y sus compañeros examinaron hasta 37 compuestos para estrechar un complejo tinte de cobre (denominado RB221) que, incrustado en pequeñas mallas de hidrogel, forma unas estructuras llamadas nanocajas.
Estas nanocajas RB221 atraparon el azúcar (LAM) de la orina, consiguiendo con ello aumentar la sensibilidad de la detección de la tuberculosos entre 100 y 1.000 veces. Todo ello, además, mientras excluían a otros compuestos que pudieran interferir en las muestras y adulterar los resultados.
Sensibilidad superior al 95 por ciento
Esta prueba, que ya se ha probado en 48 pacientes con tuberculosis VIH negativa que aún no habían sido tratados, llegó a detectar infecciones con una sensibilidad y fiabilidad superior al 95 por ciento.
Ahora, los autores de la investigación pretenden comparar el LAM urinario en los pacientes en el diagnóstico de la enfermedad y también después del tratamiento para así poder evaluar los posibles cambios que se produzcan tras el mismo.
Asimismo, los científicos también crearon nanocajas para atrapar y detectar otras características distintivas de la infección, incluyendo las moléculas de muy baja abundancia ESAT6 y CFP10.
Causa millones de muertes
La tuberculosis es una de las infecciones bacterianas más comunes a nivel mundial. Hay 9’6 millones de pacientes que la padecen y en el año 2014 se llegaron a registrar hasta 1’5 millones de muertes a causa de esta enfermedad.
Este grupo de investigadores cree que se necesitan de forma urgente más pruebas de este tipo cuyo uso, además, es ideal en entornos de bajos recursos económicos y sanitarios porque las muestras de orina pueden ser recolectadas de forma no invasiva y sin capacitación especializada) y que tiene amplias implicaciones para el cribado, el control de la transmisión y la gestión del tratamiento.