Parte de la población española (alrededor de un 15%) escucha un pitido aunque a su alrededor todo esté en silencio. Esta molesta sensación auditiva, no provocada por fuentes exteriores, recibe el nombre de acúfeno (aunque también se le denomina “tinnitus”) y, en un 2% de los casos, puede llegar a ser incapacitante (constituye el tercer síntoma más incapacitante que puede sufrir una persona, tras el dolor intenso y los trastornos de equilibrio).
Genera interferencia en la inteligibilidad del mensaje auditivo y suele estar acompañado de hipoacusia. También puede alterar el sueño, la capacidad de descanso y concentración, acompañarse de síntomas como cefalea o inestabilidad y causar irritabilidad. Sobre los pacientes produce preocupación, miedo o ansiedad.
Este pitido generalmente es temporal. Remite en unos días o semanas, pero hay un porcentaje de la población (el 15% que mencionamos antes) en la que este ruido interior no remite del todo.
Pueden producirse a cualquier edad, siendo más frecuentes en la vejez (especialmente a partir de los 50), presentando una incidencia similar en ambos sexos. Muchos relacionan la “tinnitus” con la pérdida de audición, pues no dejan de ser el resultado de una actividad anómala en la vía auditiva.
Entre sus causas: tapones de cera, infecciones de oído, sobreexposición a ruidos extremos (música muy alta en un concierto o en una discoteca), explosiones, cambios de presión o la ingesta de ciertos fármacos que pueden provocar lesiones temporales en el oído.
El cuidado de nuestros oídos, la mejor prevención
Para prevenirlos hay que cuidar de nuestros oídos a lo largo de nuestra vida, ya que es más frecuente que éstos aparezcan en la vejez. Del mismo modo, hay enfermedades que guardan relación con el oído que pueden provocarlos. Así, se distinguen dos tipos de acúfenos:
1. Acúfenos objetivos: son los que tienen una fuente identificable, como los pulsátiles, que es cuando se siente el latido del corazón en el oído. Suelen estar relacionados con la hipertensión arterial, con malformaciones de venas o arterias o por tumores vasculares que se originan cerca del oído, ya que la vena yugular y la arteria carótida pasan cerca del oído interno. De este modo, habría que buscar el origen de este tipo de acufeno en el flujo de sangre del oído.
2. Acúfenos subjetivos: son más frecuentes y se relacionan con la pérdida de audición, aunque en ocasiones pueden estar causados por la enfermedad de Menière, por crisis de vértigo; por tapones de cera o infecciones de oído; el trauma acústico agudo (ruidos fuertes y continuos durante el trabajo) o por tumores en el nervio auditivo.
Para ello, hay que cuidar las exposiciones a ruidos muy fuertes (si se trabaja con maquinaria pesada y ruidosa, usar cascos; cuidado en fiestas y conciertos…); no abusar de fármacos ototóxicos (Aspirina, antibióticos intravenosos, quimioterapias o el abuso de antiinflamatorios), así como cuidar la alimentación.
Cómo sobrellevarlos mejor
Las causas por las que se padece de “tinnitus” no son las mismas en unas personas u otras por lo que, una vez descartados los problemas auditivos o los tumores, los expertos recomiendan algunos consejos para sobrellevarlos mejor:
1. Aunque este pitido es bastante molesto, hay que tratar de tranquilizarse y mantener una actitud positiva. Esto es fundamental para que no nos incapacite en nuestras tareas diarias.
2. Buscar pequeños trucos como escuchar la radio o música para enmascarar el acúfeno.
3. También existen terapias farmacológicas que sirven para tratar la “tinnitus”, como tratamientos con relajantes musculares. Eso sí, no hay que olvidar que cualquier tratamiento ha de estar recetado por un especialista.
4. El uso de un audífono no genera más acúfenos (como se pueda pensar), sino que los mejora e incluso los puede paliar, ya que al mejorar la audición desaparece el acúfeno.