En el lenguaje científico se denomina onicofagia. En el lenguaje común: morderse las uñas. Uno de los hábitos (o mala costumbre) más extendidos entre la mayoría de la población (especialmente entre los hombres). Algunas personas empiezan en la infancia. Otras, cuando son más adultas. Pocos logran dejar este “vicio” (con mucha fuerza de voluntad o con esmaltes especiales de venta en farmacias).
Los motivos por los que una persona se muerde las uñas pueden ser muy diversos. Nervios, estrés, problemas personales (internos o externos) o, aunque parezca increíble, la necesidad del autocastigo. Este simple e inocente gesto, además de ser bastante antiestético, puede ocasionar diversos problemas para la salud.
Peligroso para nuestra dentadura
La salud bucodental se resiente bastante, ya que el hecho de morderse las uñas no sólo daña el esmalte de los dientes, sino que también los desplaza de su lugar y también puede acarrear la aparición de gingivitis (encías hinchadas y débiles que pueden sangrar). A simple vista resulta antiestético y, con el paso del tiempo, acaba siendo doloroso.
También es habitual que las personas que se muerden las uñas hagan lo mismo con la pielecilla de alrededor, produciéndose pequeñas heridas e inflamaciones en los dedos. Popularmente se conoce como “uñazo”. Paroniquia, en lenguaje médico. La inflamación, en muchos casos, acaba convirtiéndose en un bulto rojizo que, además de ser doloroso, puede segregar pus y surgir tras infecciones bacterianas.
Los dedos, grandes fuentes de bacterias
Si no llevamos cuidado, podemos coger alguna infección más, ya que las manos (los dedos, en concreto) son grandes portadores de bacterias y gérmenes. En ellos es habitual la presencia de enterobacterias, destacando entre ellas la Salmonella y el E. Coli, causantes de numerosos virus y problemas de salud. Dichas bacterias también aumentan el riesgo de pillar un resfriado, entre otras enfermedades.
Además, quien sea propenso a tener verrugas en las manos, ha de tener más cuidado todavía, pues estas provienen del Virus del Papiloma Humano y el hecho de tener los dedos en la boca para morderse las uñas puede provocar que estas verrugas surjan también en el interior de nuestro organismo.
Qué hacer para dejar de morderse las uñas
- Ser consciente de cuando nos mordemos las uñas. La persona que se lleva la mano a la boca para morderse las uñas lo suele hacer por los nervios o inconscientemente. Lo mejor es ser consciente de cuándo se hace (y por qué motivo) o pedir a alguien cercano que nos avise cuando lo hagamos.
- Buscar otra manera de combatir los nervios y el estrés. Morderse las uñas suele ser una manera de canalizar los nervios. La tensión de los nervios y el estrés pueden liberarse con ejercicio, actividades al aire libre o hábitos como la lectura, la música…
- Tenerlas bien cuidadas. Hay más ansia por morder unas uñas mal cuidadas que bonitas. Limarse las uñas, pintarlas con colores bonitos y vivos, hacerse la manicura… Cualquiera de estos cuidados ayuda a dejar este mal hábito y nuestras manos se verán más bonitas.
- Usar productos especializados para dejar de morderse las uñas. En farmacias y parafarmacias venden esmaltes especializados para no morderse las uñas. Su sabor fuerte y desagradable hacen que uno no quiera llevarse más las uñas a la boca.