¿Quién no ha recurrido a calcular (mediante la fórmula del Índice de Masa Corporal) cuál sería su peso ideal mientras hacía algún régimen o dieta para perder peso? Su cálculo es muy sencillo: basta con dividir el peso de una persona en kilos entre su altura al cuadrado (expresada en metros). “¡Venga! Dos kilos menos y estaré en mi peso normal”, habrá pensado más de uno o una tras el cómputo.
Este método no sólo lo usa el público en general: también los médicos. Sin embargo, cada vez son más los nutricionistas que abogan por realizar una valoración completa de la composición corporal, ya que el IMC sólo tiene en cuenta el peso que debería tener una persona en relación a su altura, sin indicarnos, por ejemplo, si esa persona goza o no de una buena salud.
Algunos advierten de que el IMC “no distingue entre masa muscular, masa grasa, masa ósea y agua, parámetros que componen el peso”. Si dicha fórmula sólo tiene en cuenta un parámetro (el de la altura), ¿cómo saber si nuestro peso es el ideal a la par que saludable? Estas son las cuatro medidas más recomendadas por los nutricionistas:
1. La de su cintura
La zona del vientre es el lugar donde más grasa se acumula. Especial cuidado hay que tener con la grasa visceral, que rodea los órganos del abdomen y puede favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares. La medición de la cintura puede determinar la cantidad de grasa visceral que tiene una persona. ¿Cómo lo hacemos?
Hay que colocar una cinta métrica alrededor de la cintura, por encima de los huesos de la cadera. La medición determinará el riesgo de padecer obesidad. En las mujeres se considera perteneciente al grupo de riesgo (es decir, personas que padezcan o puedan padecer obesidad) a las que superen los 88 centímetros. En el caso de los hombres, los que superen los 102 cm.
2. La de su pulso cardíaco
Aunque el pulso cardíaco depende de cada persona, de la edad, el género o la composición corporal, éste también indica el estilo de vida de cada persona. La franja de normalidad se encuentra entre los 60 y 100 latidos por minuto que indican que la persona goza de una estupenda salud.
Una frecuencia cardíaca mucho más alta indica que el corazón trabaja a un ritmo más duro del que debería y puede achacarse a un estilo de vida sedentario, algo que puede solucionarse con ejercicio físico.
3. La de su grasa corporal
No hay que confundirlo con la grasa localizada, por lo que su medición ha de hacerla un médico o un especialista. Se mide con aparatos que utilizan fórmulas matemáticas que evalúan las variables de grasa, masa muscular y masa grasa de una persona y con todas ellas se calcula el porcentaje total de la grasa corporal. Se considera que una mujer está sana cuando el porcentaje de su grasa corporal se encuentra entre el 20%y el 32%, mientras que en los hombres el porcentaje es más bajo: entre el 20 y el 25%.
4. La de su tasa metabólica basal
Revela la cantidad mínima de energía que necesita el cuerpo humano para mantenerse con vida en condiciones de reposo y a temperatura ambiente, teniendo en cuenta la altura, el peso, edad, sexo y nivel de actividad. Se mide con un aparato de calorimetría indirecta (que indica el consumo de calorías de una persona cuando no realiza actividad alguna).
Así, si el gasto energético es mayor, significa que la persona tiene una menor tendencia a engordar, ya que el cuerpo elimina las calorías sobrantes sin mucho esfuerzo. Este indicador se suele usar para realizar dietas y rutinas de entrenamiento adaptadas a cada persona.