Es un estado de debilidad física que se produce tras realizar actividades normales que no deberían producir agotamiento. El organismo es capaz de producir señales de alarma que tenemos que aprender a conocer o interpretar, indicándonos que algo funciona mal o no funciona. Entre estas señales está el cansancio. Es importante saber parar y descansar para no agudizar el problema que nos llevaría a la fatiga. En este estado se aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio.
El mayor grado de deterioro es el agotamiento, que no nos permite seguir a adelante. Para que tengamos consciencia de que son señales importantes de alarma, hay que recordar que cuando una persona persiste en esta actitud se puede llegar, en ocasiones, hasta producir la muerte.
Alimentos recomendados para vencer estos estados.
- Incorporaremos en nuestra dieta la avena y el germen de trigo, este último con nutrientes tonificantes como el octocosanol que aumenta la resistencia a la fatiga.
- El sésamo es rico en vitaminas, minerales y oligoelementos y también facilita el aprovechamiento de los nutrientes de otros alimentos.
- Jalea real y polen son ricos en nutrientes y sustancia tonificantes, la propia miel es rica en azúcares y vitaminas que ayudan a su metabolización.
- Frutas en general: uva rica en azúcares y vitaminas; albaricoque rico en hierro, tonifica el metabolismo y el sistema nervioso.
- Hay que reducir las bebidas estimulantes y el chocolate, que, aunque parezca que produce un alivio momentáneo, su consumo abundante agrava este problema.
- Por otro lado, hay una gran gama de complejos vitamínicos para suplir las carencias de nuestra alimentación. Siempre pediremos consejo farmacéutico para elegir las más adecuadas y que no tengan contraindicaciones con nuestra situación particular.