Si has superado la adolescencia sin un brote, considérate una especie de unicornio. El acné, un trastorno de la piel que afecta principalmente a la cara, los hombros, el pecho y la espalda, afecta a un 80% de las personas de entre 11 y 30 años en algún momento.

Qué es el acné

Los brotes se producen cuando la grasa (también conocida como sebo) se combina con las células muertas de la piel, lo que atrapa a las bacterias, provoca inflamación y obstruye los poros. Para evitar que la piel se reseque, la piel produce grasa en unos pequeños pozos llamados "glándulas sebáceas" que se encuentran en las capas más profundas de la piel. Los "puntos blancos" o "puntos negros" son glándulas sebáceas obstruidas.

Los puntos negros no están causados por la suciedad que obstruye los poros, sino por la oxidación (una reacción química que se produce cuando la grasa reacciona con el oxígeno del aire). Las personas con acné tienen glándulas que producen más aceite y se obstruyen más fácilmente, lo que hace que las glándulas se hinchen.

No hay una edad estándar ni un periodo de tiempo en el que esta "oleada de aceite" se calme. Es completamente genético. Algunas personas nunca lo tienen, para algunas personas, dura 5 años. Y es posible que el acné no termine con la adolescencia: los estudios han demostrado que hasta el 22% de las mujeres adultas sufren de acné en algún momento.

Es más, el acné puede hacer mella en el ya de por sí delicado sentido de la confianza de los adolescentes. Los efectos psicológicos del acné pueden ser profundos, y las personas con acné corren el riesgo de sufrir efectos negativos sustanciales en su calidad de vida, similares a los observados en personas con asma, epilepsia o artritis. Los adolescentes y adultos con acné presentan mayores índices de ansiedad, baja autoestima y depresión que los que no tienen acné.

Tratamiento para el acné

Limpia la piel con un limpiador facial suave

Comienza tu régimen de cuidado de la piel con una crema limpiadora aclaradora para el acné, un limpiador suave diseñado para pieles sensibles y con tendencia al acné. Este tipo de cremas calmantes hace espuma para limpiar en profundidad la piel de las impurezas que obstruyen los poros, a la vez que ayuda a tratar y prevenir los brotes. Aplícala sobre la piel humedecida y realiza un suave masaje.

Sigue inmediatamente con una crema hidratante facial para fijar la hidratación

Sigue con una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel para hidratar la piel y reforzar la barrera cutánea. Estas cremas hidratantes para el tratamiento del acné ayuda a eliminar los brotes y a prevenir la formación de nuevos brotes, al tiempo que ayuda a aliviar el enrojecimiento y la irritación del acné.

 

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