Los inhaladores son unos dispositivos que permiten la administración de un medicamento a las vías aéreas mediante la respiración. Se utilizan para tratar problemas respiratorios, y los fármacos que se administran pueden ser broncodilatadores, antiinflamatorios (corticoides) o una asociación de ambos. El color de los envases suele ir en relación a su contenido y sigue el patrón de colores del cuadro que te presento a continuación.
La ventaja de estos dispositivos reside en que el fármaco actúa de forma más rápida, con dosis más bajas y menos efectos secundarios, pero hay que usarlos correctamente, ya que si no, la eficacia del medicamento disminuye, por lo que las personas que lo utilicen han de conocer bien la técnica y entrenarse en ella.
Como profesionales de la salud, ante la dispensación de cualquier inhalador deberíamos preguntar al paciente:
- ¿Es la primera vez que va a usar este inhalador?
- ¿Sabe cómo se utiliza?
Aunque el paciente sepa cómo se utiliza no está de más dar un breve repaso para corregir posibles errores y hacer hincapié en la importancia de su uso correcto.
Hay que tener en cuenta que no existe el inhalador ideal, por lo que debe recomendarse el dispositivo de inhalación que mejor se adapte a las necesidades individuales del paciente.
Siempre se deben tener en cuenta las preferencias del paciente, ya que si este rechaza un dispositivo nuevo que le ofrecemos, seguramente no tomará la medicación.
Los inhaladores son los dispositivos utilizados para generar aerosoles de partículas sólidas y los nebulizadores de partículas liquidas. Disponemos de 4 sistemas de inhalación:
1. Inhaladores en solución.
2. Inhaladores en solución con cámara espaciadora (cámaras de inhalación).
3. Inhaladores en polvo seco.
4. Nebulizadores.
1. Inhaladores en solución.
Inhaladores en solución | Cartuchos presurizados | Tradicional Sistema Modulite |
Cartuchos presurizados activados | EasyBreath Autohaler | |
Respimat |
Cartuchos presurizados.
Producen un aerosol con partículas sólidas y de distintos tamaños del fármaco. Son multidosis y compactos y constan de 3 partes: cartucho, válvula dosificadora y contenedor externo.
Las ventajas de este dispositivo son que es pequeño y fácil de transportar, presenta una dosis exacta y repetitiva (en cada “puff” obtenemos la misma dosis de fármaco), el sistema hermético asegura la esterilidad del fármaco, no requiere esfuerzo y el manejo es fácil, percepción inmediata por parte del enfermo de que la inhalación se ha realizado, coste reducido y fácil acople a las cámaras de inhalación.
Las desventajas: para que sea útil es imprescindible que exista buena coordinación entre la inspiración y el disparo del cartucho, por lo que requiere una formación adecuada del paciente. Los propelentes son destructores de la capa de ozono. Algunos producen el efecto “freón-frio”, que es el paro en la inspiración al impactar a baja temperatura con la faringe, debido a que el porcentaje de partículas que impacta sobre la orofaringe es muy elevado cuando los cartuchos se utilizan sin cámara de inhalación. Algunos no presentan contador de dosis, por lo que no se sabe cuándo se acaba el medicamento.
Dentro de este grupo, los que utilizan el sistema Modulite generan una nube de densidad mucho menor que genera partículas más finas que salen a velocidad más lenta produciendo una nube de medicamento más amplia que evita el impacto contra la faringe y el efecto frío-freón.
Instrucciones de utilización:
1- Quitar la tapa y agitar.
2- Soltar el aire despacio y colocar el inhalador en la boca situando los dientes alrededor de la boquilla y poniendo los labios alrededor de la misma sellándola para evitar la entrada y salida de aire.
3- Inspirar despacio y profundamente al mismo tiempo que se aprieta hacia abajo la bomba del inhalador para liberar el fármaco y contener la respiración unos 10 segundos.
4- Si se necesita otra dosis, esperar unos 30 segundo y repetir los pasos.
Se estima que entre un 40% y un 50% de los pacientes tratados con inhaladores presurizados no consiguen llevar a cabo de forma correcta la técnica de inhalación debido a tener que coordinar la inhalación con el disparo del cartucho.
Cartuchos presurizados activados.
Los sistemas activados son inhaladores con autodisparo, que se basan en una válvula que permite la emisión del aerosol, activándose con la inspiración del paciente, por lo que no es necesaria la coordinación entre dicha inspiración y la pulsación del dispositivo. Se trata de sistemas multidosis y algo mayores que los convencionales, pero compactos, ya que no permiten la extracción del cartucho dosificador.
Las ventajas frente a los cartuchos presurizados clásicos residen en: los propelentes utilizados son los de hidrofluorocarbono que son menos perjudiciales para la capa de ozono, el autodisparo evita las dificultades por la coordinación entre disparo e inhalación, el flujo de aire inspiratorio para que se active el dispositivo es muy pequeño, por lo que permite que se aplique a pacientes con mala función respiratoria, niños o personas de edad avanzada. Las dosis de fármaco que contienen también son mayores, entre 200 y 400 dosis según el dispositivo.
Instrucciones de utilización Autohaler:
1- Retirar la tapa, agitar, mantener en posición vertical y levantar la palanca superior.
2- Realizar una espiración lenta y profunda.
3- Mantener la boquilla entre los dientes y sellar con los labios.
4- Inspirar lentamente sin detenerse cuando se dispare el dispositivo.
5- Retirar el dispositivo y mantener la respiración 10 segundos.
6- Bajar la palanca y tapar el inhalador.
Instrucciones de utilización Easybreath:
1- Agitar, mantener en posición vertical y abrir tirando hacia debajo de la tapa para cargar el dispositivo.
2- Realizar una espiración lenta y profunda.
3- Sellar los labios y mantener la boquilla entre los dientes.
4- Inspirar lenta y profundamente y mantenerla cuando el dispositivo se dispare.
5- Mantener la apnea 10 segundos tras retirar el dispositivo.
6- Subir la tapa del inhalador.
Respimat.
Se trata de una nueva generación de inhaladores, y su sistema de administración está basado en la energía mecánica liberada por un muelle que produce un vapor suave de movimiento lento y duradero, proporcionando un mejor depósito en los pulmones, con un menos impacto de medicamento en boca y garganta en comparación con los anteriores. También se distingue de los inhaladores tradicionales de polvo seco por su sistema de administración en el que se libera una dosis completa independientemente del flujo inspiratorio del paciente, y no contiene propelentes. Tiene indicador de dosis y cuando se acaba el dispositivo se bloquea automáticamente.
Instrucciones de utilización Respimat:
1- Introducción del cartucho:
a) Con la tapa verde cerrada presionar el cierre de seguridad y retirar la base transparente.
b) Sacar el cartucho de la caja y empujar el extremo estrecho dentro del inhalador hasta que haga clic. El cartucho debe empujarse suavemente contra una superficie firme para asegurarse que se ha introducido completamente. No sacarlo una vez se ha introducido en el inhalador.
c) Colocar nuevamente la base transparente.
2- En posición vertical, con la tapa cerrada, girar la base en la dirección de las flechas rojas hasta que haga clic.
3- SOLO la primera vez de uso: abrir la tapa y dirigir el inhalador hacia el suelo, presionar el botón de liberación de dosis. Cerrar la tapa. Repetir esta maniobra hasta observar cómo sale la nube de partículas y repetir de nuevo tres veces más para asegurar el completo cebado del mecanismo.
4- Abrir la tapa, espirar lenta y profundamente, cerrar los labios alrededor del final de la boquilla sin cubrir las válvulas del aire y dirigir el inhalador hacia la parte posterior de la garganta.
5- Presionar el botón de liberación de dosis, inspirar y mantener la respiración durante 10 segundos.
Aquí podéis ver unos videos que lo explican:
Preparación para el primer uso
Uso diario
2. Cámaras de inhalación
Las cámaras son dispositivos que se acoplan al cartucho presurizado y que con una válvula unidireccional permiten el paso del aire únicamente en dirección a las vías aéreas del paciente. Mejoran la aplicación de los aerosoles presurizados y es conveniente incorporarlos cuando la técnica de utilización no es correcta. La principal ventaja es que no es necesario sincronizar la pulsación y la inspiración; además no presentan el efecto “freón-frio”. Se suele utilizar sobre todo en pacientes pediátricos, aunque también resultan muy útiles en geriatría.
Aunque las cámaras de inhalación son bastante tolerantes a errores de técnica, permitiendo que a pesar de un uso inadecuado el fármaco se deposite en el pulmón en cantidades apreciables, se debe intentar siempre usar la técnica optima, ya que así se garantiza el máximo depósito pulmonar de fármaco.
Se ha comprobado que la máxima efectividad se obtiene haciendo un solo disparo seguido inmediatamente de una inhalación lenta y profunda. Los pacientes con un volumen de inspiración escaso pueden realizar tres o cuatro inspiraciones tras cada pulsación, con lo que mejora el aprovechamiento del fármaco. No se deben hacer varios disparos a la vez en la cámara, ni dejar transcurrir demasiado tiempo entre el disparo y la inhalación, ya que ambas circunstancias favorecen que se deposite más cantidad de fármaco en las paredes del dispositivo, con lo que llega una menos cantidad a los pulmones. El tiempo entre dos inhalaciones no debería superar los 30 segundos.
Sigue leyendo la segunda parte: Inhaladores. Segunda parte