Llegan las vacaciones de verano y con ellas, los viajes, aunque no todo el mundo se lo puede permitir… Si tienes la suerte de poder pasar tus días de descanso en algún lugar lejano y exótico, seguramente pasarás muchas horas en un avión. Sin embargo, pocos saben que los vuelos de larga duración (aquellos que superan las cuatro horas) favorecen la aparición de la denominada tromboembolia venosa profunda (TVP) o lo que es lo mismo, el desarrollo de trombos.
Los doctores apuntan a que se produce uno de estos episodios de tromboembolia venosa cada 4.600 vuelos de larga duración, sobre todo en personas que viajen en clase turista, debido, en gran parte, a la inmovilidad durante tantas horas de vuelo. Así lo recogen los volúmenes sobre medicina que tratan sobre vuelos de larga distancia, precisando que, cuantas más horas de vuelo, habrá más posibilidades de trombo en las piernas o en los pulmones aunque, según apuntan los doctores, la mayoría son trombos pequeños que no provocan síntomas y que pueden ser disueltos gradualmente por el organismo sin consecuencias a largo plazo.
El riesgo es mayor para aquellas personas con factores de riesgo como tromboembolia venosa previa, alteraciones genéticas o trombofilia, embarazo, toma de anticonceptivos orales, obesidad severa, cirugía reciente (un mes o menos) o cánceres activos. Así, estos individuos deben acudir a su médico antes de un vuelo de larga distancia para indicarles la medicación que deben tomar y qué deben hacer para evitar el posible desarrollo de un trombo. En cambio, las personas que gozan de buena salud no deben medicarse.
Cómo llevar bien un vuelo largo (evitando la aparición de trombos)
A pesar de ello, tanto si tienes mayor riesgo de padecer algún trombo o, por el contrario, posees buena salud, hay una serie de recomendaciones para sobrellevar mejor los vuelos largos y que ayudan a evitar los trombos:
-Los fármacos preventivos y las medias de compresión sólo han de usarlos las personas con factores de riesgo de trombosis. Si no existen antecedentes de riesgo de trombos, no se recomienda el uso de medias de compresión ni las profilaxis farmacológica (aspirina), así como anticoagulantes inyectables.
-Los pasajeros que tengan especial riesgo de desarrollar trombosis pueden realizar profilaxis con calcetines o medias de compresión ligera o moderada para favorecer la circulación. Asimismo, si el médico de cabecera prescribe algún medicamento para evitar su aparición, no olvides tomarlo.
-En cuanto a la medicación: no abuses de fármacos de los que no conozcas sus efectos secundarios ni de relajantes o comprimidos para dormir, que harán que duermas largas horas sin que el cuerpo tenga el movimiento que necesita.
-Muévete. Recuerda que vas a pasar muchas horas sentado/a, por tanto, el riesgo de desarrollar trombosis venosa es bastante alto. Puedes dar pequeños paseos por los pasillos del avión cada hora, estirar las piernas y la espalda, hacer ejercicios de elevación de los dedos de los pies y estiramientos de los músculos de la pantorrilla (elevando los talones como si caminaras de puntillas y al revés, elevando los dedos de los pies como si caminaras con los talones).
-Reservar un buen asiento con antelación: las mejores opciones son los asientos de pasillo o los situados cerca de las salidas de emergencia, pues permiten mayor movilidad y podrás estirar las piernas. Evita sentarte con las piernas cruzadas, ya que dificulta el riego sanguíneo y tampoco coloques equipaje bajo el asiento delantero, ya que entorpece la movilidad.
-No olvides hidratarte mucho durante el viaje. Esto no sólo consiste en beber mucha agua, sino que también se recomienda aplicar cremas hidratantes en la piel y evitar el té, café, alcohol y bebidas con cafeína antes y después del vuelo, ya que pueden favorecer la deshidratación. No te olvides de los ojos: si se te secan, lo ideal será que lleves contigo algún colirio para mantenerlos hidratados también.
-Llevar ropa cómoda y suelta y, a ser posible, en varias capas, ya que en los aeropuertos suele hacer algo de frío pero en el avión es posible que te entre calor y quieras quitarte alguna, sin joyas y con el calzado adecuado a las horas de vuelo y al viaje que vayamos a realizar. Si llevas alguna prenda ajustada, evita los puntos de presión (botones, por ejemplo).
-Si acostumbras a dormir en los vuelos, llévate todo lo necesario para tu total relajación: mantita, cojín, antifaz, tapones para los oídos… ¡Casi como en casa! No olvides hacerlo con las piernas estiradas y relajadas para que no se agarroten luego.