Con la llegada de la primavera aumentan los episodios de rinitis alérgica, una reacción de hipersensibilidad tipo I, manifestándose como una reacción inflamatoria de las mucosas nasales, provocada por el contacto con un alérgeno.
Según el estudio internacional ARIA (Allergic Rhinitis at its Impact in Asthma) la rinitis alérgica se clasifica según el periodo de la sintomatología, categorizándose en:
Rinitis alérgica intermitente, cuando el paciente presenta los síntomas durante un periodo inferior a 4 días a la semana o menor a 4 semanas al año. Los episodios se desarrollan en cambios estacionales, suelen ser muy puntuales y se caracteriza por causar prurito a nivel nasal y ocular, estornudos y obstrucción nasal. El alérgeno en este tipo de patología con mayor frecuencia es el polen de las plantas característico de cada zona (gramíneas, olivo etc.).
Rinitis alérgica persistente, cuando la duración de los síntomas es superior a 4 días o mayor a 4 semanas al año. Aparece como episodios espontáneos sin mantener una relación estacional, los síntomas pueden estar presentes a lo largo de todo el año, manifestándose como una obstrucción nasal muy molesta a diferencia de la intermitente, con un prurito leve y estornudos. Su etiología con más frecuencia son los ácaros de polvo, pudiendo ser desarrollada por otros agentes (epitelio animal, esporas de hongo etc.).
Los episodios de rinitis pueden aparecer como, un cuadro leve, el paciente no requiere un tratamiento farmacológico, ya que puede desarrollar su vida diaria con total normalidad. Moderado, cuando los síntomas son molestos y el propio paciente solicita tratamiento o grave, cuando altera sus actividades diarias, trabajo, descanso, depende de una terapia farmacológica para poder desarrollar sus actividades.
Para tratar esta patología se aconseja aplicar una serie de medidas higiénico-sanitarias como, evitar la acumulación de polvo, zonas de espacios cerrados aireados, dieta equilibrada, evitar la humedad en los espacios cerrados, mantener una correcta hidratación y en medida de lo posible evitar los cambios bruscos de temperatura. Cuando esto es insuficiente se complementa con grupos farmacológicos, seleccionando de forma personalizada las necesidades de cada paciente, atendiendo a los síntomas más molestos para cada paciente, su duración y la gravedad que presenten. En este tipo de terapia farmacológica se utilizan, antihistamínicos H1 (se administran tanto por vía tópica como por vía oral), actúan bloqueando la acción de la histamina, inhibiendo competitivamente los receptores H1, para paliar los trastornos alérgicos de hipersensibilidad tipo I. Utilizándose como preferencia la nueva generación de antihistamínicos H1, que efectos clínicos no se asocia con efectos anticolinérgicos, no producen somnolencia (aunque en un pequeño porcentaje de pacientes presentan sedación) y no se les relaciona con efectos arritmogénicos.
Los principios activos de segunda generación más utilizados son: loratadina, cetirizina, ebastina, etc. Se utilizan para episodios de leve a moderado, para disminuir los síntomas de estornudos, prurito y rinorrea. Para tratar los síntomas de obstrucción nasal se utilizan los vasoconstrictores, descongestionantes simpaticomiméticos que actúan disminuyendo las secreciones nasales y el edema. Por vía tópica (oximetalizona, clorohidrato de fenilefredina, etc.) se recomienda utilizar durante un periodo máximo de 3 días consecutivos, para prevenir el efecto rebote. Como medida profiláctica se aconseja que la administraciones de aerosoles, se realice con la cabeza hacia delante para impedir que el principio activo penetre en la garganta, pudiendo alcanzar el nivel sistémico. En caso de que los síntomas no disminuyan, se administraría terapia de vasoconstrictores por vía oral (pseudoefredina, fenilefedrina, etc.).
Los corticoides por vía tópica, son utilizados para disminuir la liberación y la síntesis de histamina por la alergia y la de los mediadores de inflamación. Es el grupo farmacológico de elección para paliar un episodio moderado o grave ya que presentan efectividad en los síntomas de obstrucción nasal, estornudos, menos en el prurito. Su utilización es de 7 días consecutivos para obtener un resultado eficaz. Los principios activos más utilizados dentro de este grupo farmacológico son, budesonida, mometasona, triamcinolona y fluticasona.
Para mejorar la hipersecreción nasal en la rinitis alérgica, se utiliza bromuro de ipratropio, es un anticolinérgico que se utiliza por vía tópica. Este tipo de fármaco junto con los antihistamínicos H1, vasoconstrictores y corticoides se utilizan para tratar los síntomas de la rinitis alérgica.
A nivel de terapia preventiva se utilizan estabilizares mastocitarios, con la finalidad de inhibir la reacción de IgE-alérgeno, el más utilizado es el cromoglicato sódico. Debido a sus bajos efectos secundarios, se considera el tratamiento de elección para embarazas y en pediatría.
Comentarios
salu2
Buen articulo, gracias por compartirlo!