Cada vez, hay más pacientes que se someten a técnicas de reproducción asistida, para llevar a cabo este tipo de técnicas es necesario una estimulación ovárica controlada, mediante monitorización ecográfica para evaluar el tamaño de los folículos y un control analítico de estradiol en sangre, el seguimiento es personalizado por un ginecólogo especialista en reproducción.
Para poder entender que es la estimulación ovárica, hay que recordar que en un ciclo ovárico con una respuesta normal, se desarrollan varios folículos en cada ovario. Pero solo un folículo se desmarca del resto por presentar un crecimiento mayor, este proceso desencadena una reacción sobre los demás folículos inhibiendo su crecimiento que finalmente causara una atresia folicular en los demás. El folículo de mayor tamaño recibe el nombre de folículo de Graaf, en su interior contiene, el ovocito y líquido con nutrientes para el ovocito. Una vez que el folículo ha madurado expulsa el ovocito fuera del ovario hacia las trompas de Falopio, recibe el nombre de óvulo.
En la estimulación ovárica la finalidad es conseguir un mayor número de folículos maduros (metafase II) en el mismo ciclo. Es decir, se evita la atresia folicular del ciclo normal, para aumentar la posibilidad de embarazo. El número de folículos va a depender de si la paciente es baja o alta respondedora a un ciclo de estimulación ovárica.
Para conseguir una respuesta ovárica estimulada, la paciente ha de recibir un estímulo exógeno, un tratamiento farmacológico hormonal personalizado, con la misión de: madurar más de un folículo para obtener más ovocitos, desarrollar la ovulación y engrosar el endometrio para recibir a los embriones.
Durante la primera fase del tratamiento farmacológico, muchos especialistas controlan el ciclo menstrual administrando anticonceptivos orales y es una vez después de la menstruación cuando se inician el ciclo de estimulación ovárica controlado. En este primer periodo, el tratamiento se basa en la administración exógena de gonadotropinas (FSH: hormona folículo estimulante y LH: hormona luteinizante). Se le da instrucciones a la paciente de cómo administrarse una inyección subcutánea diariamente a la misma hora.
El tiempo de administración va a depender de la respuesta ovárica al estímulo exógeno, el cual es controlado cada 1 o 2 días mediante ecografía transvaginal (se observan los tamaños de los folículos) y control analítico del nivel de estradiol (nos indica el crecimiento folicular) hasta que los folículos maduran adquiriendo un tamaño aproximado de 18-20 mm de diámetro.
En la segunda fase del tratamiento, cuando los folículos ya son maduros se administra una sola inyección de la hormona gonadotropina coriónica (hCG), con el objetivo de madurar y estimular la liberación del ovocito. Proceso que se desarrolla a las 36 horas de la administración de hCG. Por ello sobre las 34-36 horas se procede a la captación ovocitaria mediante la punción ovárica (se aspira el líquido folicular en el que está inmerso el ovocito mediante una pequeña intervención quirúrgica) para proceder a la manipulación del ovocito.
En la fotografía superior observamos, un ovocito en metafase II, que ha sido captado por punción ovárica. Este ovocito presenta características óptimas para proceder con la técnica de reproducción asistida elegida. En ocasiones, aunque el número de folículos sea elevado y del tamaño adecuado, no se consiguen ovocitos maduros, bien porque el ovocito no ha alcanzado la madurez o simplemente el folículo no contiene ovocito, está vacío. Por lo tanto las probabilidades de conseguir futuros embriones aumentan, a medida de un mayor número de folículos.
La última fase del tratamiento se basa en administrar progesterona por vía vaginal, para desarrollar un tejido endometrial óptimo. Con la finalidad de poder realizar una transferencia y de que los embriones puedan implantarse, para que posteriormente se desarrolle el embarazo.
A nivel farmacológico, cada especialista seleccionara el tratamiento más recomendable para cada paciente y el protocolo a seguir, ya que existen distintos ciclos de tratamiento, como son: ciclo de estimulación largo, ciclo de estimulación corto y ciclo de estimulación ultra corto. Al tratarse de un tratamiento hormonal, son medicamentos de un coste elevado, aproximadamente solo el tratamiento farmacológico para cada ciclo de estimulación ovárica, oscila entre 1000-1700 euros, va a depender de las dosis utilizadas para cada paciente.
Para concluir, todo ciclo de estimulación ovárica precisa un seguimiento exhaustivo por parte del ginecólogo embriólogo, para prevenir una posible hiperestimulación ovárica y una integra colaboración de la paciente para cumplir el tratamiento terapéutico.
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