Las infecciones respiratorias agudas son las enfermedades más frecuentes y constituyen el motivo de más de la tercera parte tanto de las consultas médicas como de las consultas a nivel de la oficina de farmacia.
Tanto la gripe como el resfriado común son enfermedades infecciosas agudas de etiología vírica ( Influenza A y B y coronavirus, rinovirus, etc... respectivamente) con una sintomatología similar y un abordaje terapéutico sintomático, por lo tanto muchas veces resulta difícil para el paciente distinguir si el malestar que siente está causado por un proceso gripal o por un simple resfriado.
Desde el punto de vista farmacológico, la principal diferencia entre las dos infecciones radica en que mientras el cuadro catarral avanza de manera paulatina cursando con síntomas leves como rinitis, congestión nasal, garganta irritada, tos, y mayor o menor afectación del estado general, éstos suelen ser menos fuertes que los de la gripe que aparece normalmente de forma repentina acompañados de fiebre alta, dolor de cabeza, mialgia y debilidad.
El tiempo necesario para recuperarse también varía, y depende del estado inmunológico del paciente, pero en general un resfriado común dura alrededor de 4-5 días evolucionando habitualmente sin complicaciones, mientras que la gripe puede durar unos 10 días y la fatiga hasta 2-3 semanas más, pudiendo causar complicaciones como bronquitis o neumonía.
Los tratamientos farmacológicos para ambas enfermedades tienen como único objetivo aliviar los signos y síntomas.
Con este fin nos encontramos en el mercado con una gran variedad de especialidades farmacéuticas publicitarias indicadas para estos procesos, siendo el papel del farmacéutico fundamental para poder ofrecer la mejor alternativa terapéutica de acuerdo con las necesidades del paciente.