Emplea las técnicas de relajación más significativas como la aromaterapia, y aprende a relajarte con ellas

La relajación es la distensión del tono físico muscular o mental. Te sirve para reparar el poder de las energías malgastadas y puedas restablecerlas. Es muy necesaria, sobre todo para aquellas personas que se encuentran en constantes situaciones de estrés, en las que suele perderse el dominio de la realidad.

En muchas circunstancias puedes llegar a estar en una gran situación de estrés o ansiedad en la que tu cuerpo se resienta. Ante esta circunstancia, la musculatura se contrae y puede llegar a mantenerse en ese estado durante largo tiempo, lo que puede llevarte a sentir molestias e incluso dolores. Por eso es muy importante que practiques la relajación muscular.

Para ello, puedes llevar a la práctica diversas técnicas de relajación que te ayudarán a mantenerte tranquilo.

Técnicas de relajación

Aromaterapia

Aprende a relajarte con el uso de los aromas de los aceites esenciales, destacando para ello el sentido del olfato y la capacidad de absorción de la piel. Al inhalar estos aromas se produce una liberación de elementos químicos que ayuda a afrontar los problemas causados por el estrés.

Los aceites esenciales pueden ser aplicados sobre la piel realizando un masaje. Con un par de gotas de este tipo de aceites podrás darte un buen baño de agua caliente, cuyo efecto te producirá una estimulación tonificadora.

Cromoterapia

Se trata de un método que se apoya en el efecto armonizador de los colores y garantiza la estabilidad del organismo. Se basa en que los colores emiten una energía que produce vibraciones y actúa en ojos, órganos y emociones.

Musicoterapia

Es un tipo de terapia que se basa en el uso de la música, cuyo objetivo es el beneficio físico, mental y cognitivo. Esta terapia tiene dos formas de ser llevada a la práctica:

1. Activa, con la que puedes cantar, escuchar música y tocar instrumentos.
2. Receptiva, que consiste en relajarte escuchando la música.

Estas prácticas se realizan en dos terapias complementarias. La primera, verbal, en la que se dialoga con el paciente, y la segunda, no verbal, en la que el paciente se expresa a través de sonidos y ademanes.

Baños terapéuticos

También conocidos como hidroterapia. El agua es fundamental en nuestra vida y debemos verla como un elemento curativo.

Estos son algunos de los diferentes tipos de baños que existen:

1. Frío: sirve para activar la circulación de la sangre. Es necesario estar 3 o 5 minutos en el agua.

2. Vapor: puedes tomarlo en una sauna o al sol, con posterior ducha de agua fría. Debes hacerlo una vez al día, durante 30 o 60 minutos.

3. Sal: tiene efectos relajantes y exfoliantes. Basta con echar en la bañera 2 kilos de sal gruesa y permanecer 20 minutos en ella.

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